Sus orígenes son visigodos y durante la época islámica llegó a ser una de las principales puertas de la ciudad por la que entraban los visitantes más ilustres. Se la consideraba, junto a la Puerta del Sol, uno de los accesos mejor defendidos de Toledo. En 1216, aparece la primera mención por escrito de ella, en que se la nombra como Puerta Mohaguía en un documento mozárabe, y posteriormente su nombre pasa a conocerse como Puerta Alta de la Herrería, siendo la Puerta del Sol conocida como Puerta Baja de la Herrería al estar allí situados este tipo de talleres. Perdió su importancia durante el siglo XIV, momento en que, tras la reconstrucción de esta última puerta, pasó a ser una entrada secundaria.
Por Lourdes Morales Farfán
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