Compone la entrada más bella y emblemática de la ciudad, mandada construir por el emperador Carlos V.
Aunque su origen es árabe fue reconstruida y ampliada en 1550 por Alonso de Covarrubias, pasando así a ser de estilo renacentista.
Concebida como un gran arco triunfal, formado por dos cuerpos separados por una plaza de armas y un arco. Sobre dos solemnes torreones de mampostería, la portada se corona con el escudo del águila bicéfala que Carlos V otorgó a Toledo.
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