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Fundación Malagón

“La gran obra Teresiana”

El Monasterio de San José de Malagón es la Tercera Fundación de la Reforma de Santa Teresa de Jesús. La gran particularidad de este Monasterio es que fue el único que la Santa construyó de nueva planta, plasmando en él el espíritu de la Reforma Descalza. Además, es el primer Monasterio de la Reforma que contará con rentas y que se situará en un ambiente rural.

Malagón es la “gran obra” de Santa Teresa y así lo hace constar en sus cartas en las que podemos leer “tienen por acá por mucha cosa la cas de Malagón”, “la cas está como un paraíso”, “proporciona un gran descano”, “el Señor me torne allá”. Malagón jugará un papel decisivo en los futuros viajes de la Santa, siendo lugar de parada hacia las fundaciones de Beas, Sevilla y Villanueva de la Jara.

Santa Teresa llega a Malagón con 63 años de edas, de la mano de sus gran amiga Doña Luisa de la Cerda, I Señora de Malagón, hija del II Duque de Medinaceli, a quien conoció en Toledo. Fue el empeño de ésta lo que hizo posible la fundación de Malagón. Las primeras monjas carmelitas, llegadas con Santa Teresa para la fundación, se instalan provisionalmente en la fortaleza de Malagón el día 1 de abril de 1568. Diez días después llegaron las licencias para la fundación y el día 11 de abril de 1568 se llevó solemnemente el Santísimo Sacramento al nuevo Monasterio, situado e unas casas en la Plaza, llamadas de “La Quintería”. Así lo cuenta Santa Teresa “Día de Ramos, yendo la procesión del lugar por nosotras, con los velos delante del rosto y capas blancas, fuimos a la iglesia del lugar, donde se predicó, y desde allí se llevó el Santísimo Sacramento a nuestro Monasterio”.

Sin embargo, las molestias originadas por el ruido de la Plaza pública, hacen que Santa Teresa, antes de marcharse de Malagón, busque un sitio más adecuado para edificar el nuevo Monasterio.

Un olivar a las afueras de la localidad, propiedad de Doña Luisa, es el lugar elegido por Santa Teresa  para edificar el nuevo Monasterio. Su traza, inspirada en el esbozo de Santa Teres, es de Nicolás de Vergara, maestro mayor de la Santa Iglesia Catedral de Toledo. Cuenta el P. Rivera que “en los días que duró la obra andaba la Santa desde que amanecía con los oficiales, dándoles prisa y diciéndoles lo que habían de hacer, y ella era la primera que tomaba la espuerta, y a las once de la noche venía a rezar lo que le faltaba”.

Aún se conserva frente al Monasterio la “Piedra de la Santa”, venerada popularmente, pues era el sitio donde se sentaba a dirigir las obras. Terminadas las obras, se inauguró el Monasterio el día 8 de diciembre de 1579.

Santa Teresa visitó Malagón en seis ocasiones, permaneciendo en el Monasterio algunas temporadas, ya que desde sus construcción siempre consideró esta Fundación como su “Obra”.

Desde la fundación del Monasterio hasta nuestros días han profesado en él más de 260 monjas. En la actualidad, que siguen manteniendo todas las reglas establecidas por la Santa Fundadora. Gozan de una gran tranquilidad y de la oración, además del respeto y la admiración de todo Malagón, que está pendiente de que nada ni nadie perturbe la vida que ellas han elegido.

En el Monasterio aún se conserva la celda que, durante sus estancias en Malagón, ocupaba la Santa y en ella se encuentra la mesa y la silla que ella utilizó. Un biógrafo cuenta “había tomado para sí la celda más desabrigada, y brindándole las monjas otras, dijo: “No, hijas, que para quien yo soy ésta me basta y me sobra”. Una imagen de Santa Teresa, en posición sentada y en actitud escribir, preside esta pequeña celda.

El Monasterio es un edificio carmelitano, muy austero. Es de mamposteríaa, cubiertas de madera y suelo de baldosas de barro cocido. En la parte oeste del Monasterio se ubica la iglesia, de una sola nave y capilla lateral.

Destaca en la iglesia el magnífico Retablo Mayor, de estilo barroco toledano, del siglo XVIII.

El Retablo Mayor está dedicado a la Santísima Trinidad y lo preside la Sagrada Familia de Nazaret. Está considerado uno de los más notables ejemplos del Barroco Toledano Tardío. Es obra del toledano Germán López Mejía.

La iglesia también alberga otros cuatro retablos menosres, también de escuela toledana, que contiene las imágenes de la Virgen del Carmen, Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz, talladas por Germán López.

La capilla lateral está presidida por una imponente talla de un Cristo crucificado, de estilo manierista (ss. XV-XVI), conocido como “El Cristo Verde”, por la oxidación de los pigmentos de su policromía.

Ruta teresiana por Malagón

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